El diagnóstico de la artrosis se realiza a través de una combinación de la historia clÃnica, el
examen fÃsico y pruebas de diagnóstico por imágenes.
En la historia clÃnica, se recopilará información sobre los sÃntomas del paciente, como dolor, rigidez y limitación de movimiento en las articulaciones afectadas, si hubo lesiones previas o actividades laborales que puedan haber contribuido al desgaste articular.
Durante el examen fÃsico, se evaluará la articulación afectada, buscando signos de inflamación, deformidad, crepitación (ruido de roce) y limitación de movimiento. Asà como realizar pruebas especÃficas para evaluar la función y estabilidad de la articulación.
Las pruebas de diagnóstico por imágenes son útiles para confirmar el diagnóstico de artrosis y evaluar el grado de deterioro articular. Las pruebas más comunes incluyen:
- RadiografÃas: permiten visualizar el desgaste del cartÃlago con los siguientes datos de imagen como es la esclerosis marginal (cambios de densidad en la periferia), la formación de osteofitos (crecimiento óseo alrededor del hueso) geodas (huecos en el hueso) y la disminución del espacio articular.
- Resonancia magnética (RM): proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos y puede ayudar a evaluar la inflamación, el daño del cartÃlago y otras estructuras de la articulación.
- EcografÃa: se utiliza para evaluar la presencia de lÃquido sinovial en la articulación y la inflamación de los tejidos blandos. La cual se usa muy poco gracias a los estudios de RadiografÃas y Resonancias
Además de estas pruebas, se pueden solicitar análisis de laboratorio para descartar otras enfermedades que puedan tener sÃntomas similares a los de la artrosis como puede ser la artritis reumatoide, gota entre otras.
Es importante destacar que el diagnóstico de artrosis se basa en una combinación de todos estos elementos y no solo en una prueba en particular. Por lo tanto, todos los datos recopilados para establecer un diagnóstico preciso son importantes para poder planificar el tratamiento adecuado.