Normalmente en reposo tenemos una circulación sanguínea en nuestros músculos de aproximadamente 3 a 4 ml / min / 100 g de músculo.
Durante el ejercicio en pacientes deportistas de elite pueden lograr flujos sanguíneos de hasta 15 – 25 veces, hasta unos 50 a 80 ml / min / 100 g de músculo.
La importancia de este sistema circulatorio está conjuntamente relacionado con la oxigenación y los nutrientes que llegan al músculo, recordando que el oxígeno y los nutrientes son los encargados de la liberación de ATP para la energía de contracción aquí es donde actúan en conjunto al realizar ejercicio.
Durante el ejercicio se presentan tres efectos en el aumento del flujo sanguíneo para mantener la contracción necesaria para su funcionamiento:
1- Acción del sistema nervioso simpático, liberando noradrenalina (vasodilatador)
2- Aumento de la presión arterial
3- Aumento del gasto cardiaco
Por consiguiente, todos estos sistemas de activación involucrados para el aumento del flujo sanguíneo son un complejo que trabajan en conjunto como engranes para mantener el flujo sanguíneo adecuado en los músculos al realizar actividades físicas.
Si no pasara este proceso de adaptación nuestros músculos se fatigarían, y presentarían lesiones musculares como desgarros, o necrosis de los tejidos.
Recordarte también, que estos cambios adaptativos deben ser paulatinos para no sufrir lesiones musculares, refiriendome a todos en la población que desean empezar a realizar ejercicio.
También en este complejo sistema, el corazón y su flujo sanguíneo es adaptado para no sufrir lesión miocárdica.
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